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La salud oral en los Estados Unidos: Informe del Cirujano General (Resumen ejecutivo)

Tabla de Contenido

DEPARTMENT OF HEALTH AND HUMAN SERVICES
(DEPARTAMENTO DE SALUD Y SERVICIOS HUMANOS)
U.S. PUBLIC HEALTH SERVICE
(SERVICIO DE SALUD PÚBLICA DE LOS ESTADOS UNIDOS)

NIH logo NIDCR logo

National Institute of Dental and Craniofacial Research
(Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial)

Cita Sugerida

Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. La Salud Oral en los Estados Unidos: Informe del Cirujano General-- Resumen Ejecutivo . Rockville, MD. Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial, Institutos Nacionales de la Salud, 2000

Mensaje de Donna E. Shalala

Secretaria de Salud y Servicios Humanos

El propósito de este primer Informe del Cirujano General sobre Salud Oral es alertar a la población de los Estados Unidos sobre el significado de la salud oral y su importancia para la salud general y el bienestar. Se han realizado grandes progresos en la reducción de la extensión y gravedad de las enfermedades orales más comunes. Las medidas exitosas de prevención adoptadas por la comunidad, las personas individuales y los profesionales de la salud oral han resultado en una marcada mejoría de la salud oral y dental de la población a nivel nacional.

Los términos salud oral y salud general no deben ser interpretados como entidades separadas. La salud oral es parte integral de la salud general: este informe ofrece recordatorios importantes respecto a que la salud oral significa más que dientes saludables y que uno no puede estar sano sin salud oral. Además el informe cita medidas de prevención seguras y efectivas contra las enfermedades que todos pueden adoptar para mejorar la salud oral y evitar enfermedades.

Sin embargo, no toda la población está experimentando el mismo grado de mejoría. Este informe del Cirujano General se refiere a las inequidades y disparidades que afectan a aquellos que no poseen los recursos para lograr óptima salud oral. Cualquiera que sea la razón, el ignorar los problemas orales puede conducir a dolor y sufrimientos innecesarios, causar complicaciones devastadoras al bienestar general de una persona, y producir costos económicos y sociales que disminuyen significativamente la calidad de vida y producen una carga a la sociedad norteamericana.

Esta es la tercera década en que la nación ha desarrollado un plan para la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud, incluyendo la salud oral, contenido en el documento “Pueblo Sano 2010” del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Este Informe del Cirujano General sobre Salud Oral enfatiza la importancia de lograr los objetivos del “Pueblo Sano” para mejorar la calidad de vida y eliminar las disparidades. Como nación, esperamos controlar los determinantes de la salud--factores individuales y ambientales--para poder mejorar el acceso a atención médica de calidad, y apoyar las políticas y programas que son importantes respecto a nuestra salud. Esperamos prevenir las enfermedades y trastornos orales, el cáncer, los defectos congénitos, el SIDA y otras infecciones devastadoras, las enfermedades mentales y el suicidio, y las enfermedades crónicas de la vejez.

Tenemos la seguridad de que este informe del Cirujano General significará mejor promoción de la salud y mejores programas de prevención de enfermedades para toda la población. Este informe propone soluciones que requieren cooperación--de agencias y funcionarios del gobierno, industria privada, fundaciones, grupos de consumidores, profesionales de la salud, educadores e investigadores--para coordinar y facilitar acciones basadas en un Plan Nacional de Salud Oral. Juntos podremos efectuar los cambios necesarios para mantener y mejorar la salud oral de todos los norteamericanos.

Prólogo

La expansión de la investigación biomédica desde la segunda Guerra Mundial ha producido avances extraordinarios en la salud y bienestar de la población norteamericana. Esta historia es especialmente importante en el caso de la salud oral; pasamos de ser una nación plagada de dolor de muelas y pérdida de dientes, a una nación donde la mayoría de las personas pueden sonreír respecto a su salud oral. El impulso para el cambio--aceptar el desafío de vencer las enfermedades orales, así como los otros problemas de salud que acortan la vida y disminuyen el bienestar de la población--condujo al desarrollo de los Institutos Nacionales de la Salud después de la guerra. En 1948 el Instituto de Investigación Dental--actualmente Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial--se unió al Instituto Nacional del Cáncer y al Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre, como el tercero de los Institutos Nacionales de la Salud.

Las investigaciones de este Instituto se centraron inicialmente en las caries dentales y en los estudios que demostraban la efectividad del flúor en la prevención de dichas caries, y estas investigaciones abrieron una nueva era de promoción de la salud y prevención de las enfermedades orales. El descubrimiento del flúor pronto fue complementado con investigaciones que demostraban que tanto las caries dentales como las enfermedades periodontales eran infecciones bacteriales que podrían evitarse con una combinación de medidas por parte de las personas individuales, la comunidad y los profesionales. Éstas y otras aplicaciones de los descubrimientos de las investigaciones han producido una continua mejoría en la salud bucodental, oral y craneofacial de los norteamericanos. Actualmente, armados con instrumentos de alto poder, equipos automáticos, y técnicas de imagen genética y de biología molecular y celular, los científicos tienen en mira encontrar la solución para todas las enfermedades y trastornos craneofaciales, desde los defectos congénitos más comunes tales como labio y paladar leporino, hasta los debilitantes dolores crónicos orofaciales y los cánceres orales que se producen en edad más avanzada.

El Instituto de Investigación Dental y Craneofacial ha sido la agencia principal para la elaboración de este Informe del Cirujano General sobre Salud Oral. Como parte de los Institutos Nacionales de la Salud, el Instituto ha tenido acceso puntual a otras investigaciones del gobierno federal y la buena fortuna de trabajar en colaboración con otras agencias e individuos, tanto dentro como fuera del gobierno. El establecimiento de un Comité Federal de Coordinación creó un mecanismo formal para el intercambio de ideas e información proveniente de otros departamentos, incluyendo los departamentos de Agricultura, Educación, Justicia, Defensa, Energía y de Asuntos de Veteranos. La participación activa en la preparación o revisión del informe provino de cientos de personas que gentilmente aportaron su tiempo y experiencia. Ha sido un placer tener la oportunidad de preparar este informe y agradecemos al Cirujano General Dr. David Satcher por invitarnos a participar.

A pesar de los adelantos en salud oral realizados en el último medio siglo, todavía hay mucho trabajo por hacer. Este año pasado vimos la publicación del informe “Pueblo Sano 2010” que enfatiza los objetivos más amplios sobre mejor calidad de vida y eliminación de las disparidades en salud de la población. El informe recientemente publicado por la Oficina de la Contaduría General, sobre la salud oral de la población de bajos ingresos, señala aún más los problemas de salud oral de la población desaventajada y los efectos sobre la misma que resultan de la falta de acceso a atención médica. Las agencias y organizaciones profesionales y voluntarias ya han comenzado a preparar el terreno para la investigación y creación de programas de servicios que resuelvan de manera directa e integral las disparidades referidas a salud. Los Institutos Nacionales de la Salud se han unido a estos esfuerzos y están completando un plan de investigación a nivel de todas las agencias para reducir dichas disparidades. El objetivo principal de estos esfuerzos es lograr que las personas empiecen la vida con salud y, para conseguirlo, la conferencia del Cirujano General sobre “La Infancia y la Salud Oral, La Cara del Niño”, ha sido programada para junio del 2000. Existen muchas otras actividades relacionadas con otros departamentos y agencias.

El informe concluye con un marco para la acción que permita mayores progresos en salud oral. Dicho informe subraya la importancia de crear asociaciones para facilitar la colaboración y mejorar la educación, los servicios y la investigación, y eliminar las barreras al acceso a atención médica. Trabajando juntos podemos lograr una mejoría real en la salud oral de nuestra población - una mejoría que beneficiará la salud y el bienestar de todos los ciudadanos.

Ruth L. Kirchstein MD
Directora en Funciones
Institutos Nacionales de la Salud

Harold C. Slavkin DDS
Director
Instituto Nacional de Investigación
Dental y Craneofacia

Prefacio

del Cirujano General,
Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos

Al comenzar el siglo XXI podemos enorgullecernos de los adelantos logrados en pos de mejorar la salud oral de la población norteamericana. A finales del siglo pasado, la mayoría de los norteamericanos tenían la posibilidad de perder los dientes al llegar a la mitad de su vida. Esta situación comenzó a cambiar con el descubrimiento de las propiedades del flúor y la observación respecto a que los habitantes de comunidades que cuentan con agua potable con contenido natural de flúor, tienen menos caries (dientes picados) que los habitantes de comunidades comparables, que no tienen agua potable con flúor. El agregar flúor al agua potable de todas las comunidades es uno de los grandes logros de salud pública del siglo veinte--una manera económica de mejorar la salud oral que beneficia a todos los residentes de una comunidad, jóvenes y ancianos, ricos y pobres por igual. Tenemos la suerte de que existen medidas adicionales de prevención de enfermedades y promoción de la salud respecto a las caries dentales y a muchas otras enfermedades y trastornos orales--medidas que pueden beneficiar a las personas individuales, a los prestadores de atención sanitaria y a las comunidades.

Sin embargo, al evaluar los progresos realizados en pos de mejorar la salud oral, este informe deja perfectamente en claro que todavía existen profundas e importantes disparidades en la salud oral de nuestros ciudadanos. De hecho, lo que se podría llamar una “epidemia silenciosa” de enfermedades dentales y orales afecta a algunos grupos de la población. Esta carga de enfermedades restringe las actividades escolares, laborales y familiares, y disminuye significativamente la calidad de vida. Aquellos que sufren de la peor salud oral son los pobres de todas las edades, siendo los niños y ancianos pobres los más vulnerables dentro de la población norteamericana. Las personas pertenecientes a grupos minoritarios raciales y étnicos también sufren un nivel desproporcionado de problemas orales. Asimismo las personas con problemas médicos o discapacitadas, tienen mayor riesgo de enfermedades orales y, a su vez, las enfermedades orales ponen en mayor peligro su salud.

Las razones de las disparidades en salud oral son complejas. En muchos casos, la explicación son los factores socioeconómicos. En otros casos, las disparidades son exacerbadas por la falta de programas comunitarios tales como fluorización del agua potable. Asimismo, las personas puede que no tengan medios de transporte a las clínicas o la flexibilidad para faltar al trabajo para atender sus necesidades de salud. Las discapacidades físicas y otras aflicciones pueden también limitar el acceso a los servicios. La falta de recursos para pagar los tratamientos, ya sea del propio bolsillo o a través de seguros de salud dental públicos o privados, es claramente otra barrera. Menos personas tienen seguro dental que seguro médico general, y si lo tienen, generalmente lo pierden al jubilarse. Los programas públicos de seguro dental son generalmente inadecuados. Otra barrera importante respecto a la búsqueda y obtención de tratamiento oral se refiere a la falta de conocimiento y conciencia del público sobre la importancia de la salud oral.

Sabemos que la boca refleja el estado de salud general y el bienestar. Este informe reitera que los factores de riesgo a la salud en general, que son comunes a muchas enfermedades, tales como el uso del tabaco y la mala alimentación, también afectan la salud oral y craneofacial. La prueba de que existe relación entre el uso del tabaco y las enfermedades orales ha sido claramente señalada en todos los informes del Cirujano General sobre el tabaco, desde 1964, y los efectos orales de la nutrición y la dieta han sido presentados en el informe del Cirujano General sobre la nutrición (1988). Recientemente, los resultados de las investigaciones han señalado la posible relación entre las infecciones orales crónicas y la diabetes, las enfermedades cardíacas y pulmonares, el derrame cerebral, y los nacimientos prematuros. Este informe evalúa estas relaciones emergentes y explora los factores que yacen bajo esta conexión sistémica--oral.

Para mejorar la calidad de vida y eliminar las disparidades respecto a la salud se necesitan el conocimiento, la compasión y la voluntad del pueblo norteamericano. Existen oportunidades para que todos los profesionales de la salud, los individuos y las comunidades trabajen juntos para mejorar la salud. Pero se necesita hacer más si queremos lograr más adelantos en la salud oral de los norteamericanos. Esperamos que este informe del Cirujano General alerte a la población sobre las oportunidades de mejorar la salud oral y sirva de plataforma para expandir la base científica de la investigación craneofacial. El informe también debería servir para favorecer la traslación de enfoques probados de promoción de salud y prevención de enfermedades, a las políticas públicas, los servicios de salud, y los estilos de vida de la población. Un marco para la acción que integre la salud oral dentro de la salud general es fundamental si queremos obtener mayores progresos.

David Satcher MD, PhD
Cirujano General

Resumen Ejecutivo

La publicación de este primer Informe del Cirujano General sobre la Salud Oral marca un hito en la historia de la salud oral en los Estados Unidos. El informe explica el significado de la salud oral y por qué la salud oral es esencial para la salud general y el bienestar. En el transcurso de los últimos 50 años se han realizado grandes progresos en el conocimiento de las enfermedades orales—caries dentales (dientes picados) y periodontales (encías)--que han producido una marcada mejoría en la salud oral de la nación. La mayoría de los norteamericanos jóvenes y adultos de mediana edad esperan conservar sus dientes durante toda la vida y no esperan tener ningún problema oral serio.

El mensaje principal de este informe del Cirujano General es que la salud oral es esencial para la salud general y el bienestar de todos los norteamericanos y que todos pueden lograrla. Sin embargo, no todos los norteamericanos están logrando el mismo grado de salud oral. A pesar de los medios seguros y efectivos de mantener dicha salud oral que han beneficiado a la mayoría de los norteamericanos en la última mitad de siglo, muchos entre nosotros todavía experimentan dolor y sufrimientos innecesarios, complicaciones que atentan contra la salud general y el bienestar, y costos económicos y sociales que disminuyen la calidad de vida y representan una carga para la sociedad norteamericana. Esto equivale a una “epidemia silenciosa” de enfermedades orales que afecta a nuestros ciudadanos más vulnerables--los pobres, los niños, los ancianos y muchas personas pertenecientes a minorías raciales y étnicas (Oficina de la Contaduría General 2000). (Ver cuadro titulado “ La Carga de las Enfermedades y Trastornos Orales”.)

La palabra “oral” se refiere a la boca. La boca incluye no sólo los dientes y las encías (gingiva) y sus tejidos de apoyo, sino también el paladar duro y blando, las mucosas de la boca y la garganta, la lengua, los labios, las glándulas salivares, los músculos de la masticación, y las mandíbulas inferior y superior. Igualmente importantes son los ramales de los sistemas nervioso, inmunológico y vascular, que animan, protegen y nutren los tejidos orales, así como proveen las conexiones al cerebro y al resto del cuerpo. El patrón genético de desarrollo en el útero revela aún más la relación íntima de los tejidos orales con el desarrollo del cerebro y con los tejidos de la cara y la cabeza que rodean la boca, estructura a la cual nos referimos con la palabra “craneofacial”.

Un tema importante dentro de este informe es que la salud oral significa mucho más que dientes sanos. Significa estar libre de dolores orofaciales - crónicos, así como de cánceres orales y faríngeos (garganta), lesiones del tejido oral blando, defectos congénitos tales como labio y paladar leporino, y muchas otras enfermedades y trastornos que afectan los tejidos bucales, dentales y craneofaciales, conocidos colectivamente como el “complejo craneofacial”. Estos son tejidos cuyas funciones a menudo damos por sobreentendidas, sin embargo representan la esencia misma de nuestra humanidad. Ellos nos permiten hablar y sonreír, suspirar y besar; oler, gustar, tocar, masticar, y tragar; gritar de dolor, y transmitir un mundo de sentimientos y emociones a través de nuestras expresiones faciales. También ofrecen protección contra infecciones microbiales y ataques ambientales.

Los tejidos craneofaciales también constituyen un medio útil para entender los órganos y sistemas de las partes menos accesibles del cuerpo. Las glándulas salivares son modelo de otras glándulas endocrinas, y un análisis de saliva puede darnos señales sobre la salud general o alguna enfermedad. Los huesos maxilares y sus articulaciones funcionan como cualquier otra parte musculoesqueletal. El aparato del sistema nervioso que controla el dolor facial tiene su contraparte en los nervios de otras partes del cuerpo. Un prolijo examen oral puede detectar signos de deficiencias de nutrición, así como una serie de enfermedades sistémicas, incluyendo las infecciones microbiales, los trastornos nerviosos, las lesiones, y algunos cánceres. De hecho, la frase “la boca es un espejo” se ha utilizado para ilustrar la riqueza de información que puede derivarse del examen de los tejidos orales.

Investigaciones recientes señalan la relación entre las infecciones orales crónicas y las enfermedades cardíacas y pulmonares, el derrame cerebral y los nacimientos prematuros. La relación entre las enfermedades periodontales y la diabetes hace mucho tiempo que ha sido establecida. Este informe analiza esas relaciones y explora mecanismos que puedan explicar la conexión entre las enfermedades sistémicas y orales.

El significado ampliado de salud oral es paralelo al significado ampliado de salud. En 1948 la Organización Mundial de la Salud amplió la definición de salud para significar “un estado de bienestar físico, mental y social completo, y no simplemente la ausencia de enfermedad”. Se desprende que salud oral debe también incluir el bienestar. Tal como ahora entendemos que naturaleza y nutrición están inextricablemente unidos, y que el cuerpo y la mente son expresiones de nuestra biología humana, debemos también reconocer que la salud oral y la salud general son inseparables. El ignorar signos y síntomas de enfermedad y mal funcionamiento oral va en nuestro propio detrimento. En consecuencia, un segundo tema de este informe es que la salud oral es parte integral de la salud general. No se puede ser sano sin salud oral. La salud oral y la salud general no deben ser interpretadas como entidades separadas. La salud oral es un componente crítico de la salud y debe estar incluida en la prestación de servicios médicos y en el diseño de programas para la comunidad.

El significado ampliado de salud y salud oral de ninguna manera disminuye la relevancia e importancia de las dos principales afecciones dentales - caries y enfermedades periodontales. Estas siguen siendo comunes y generalizadas, afectando a casi todo el mundo en algún momento de su vida. Lo que ha cambiado es qué podemos hacer al respecto.

En la década de 1930 los investigadores descubrieron que las personas que vivían en comunidades con agua potable con contenido de flúor tenían menos caries que las personas que tomaban agua sin flúor. Pero no fue hasta el final de la segunda Guerra Mundial que los investigadores pudieron diseñar e implementar en las comunidades las pruebas clínicas que confirmaron sus observaciones y pudieron lanzar un mejor enfoque al problema de la prevención de las caries. Poco después, el ajustar el contenido de flúor en el agua de las distintas comunidades empezó a considerarse una medida importante de salud pública para prevenir las caries dentales.

La Carga de las Enfermedades y Trastornos Orales.

Las enfermedades orales son progresivas y acumulativas y se hacen más complejas con el tiempo. Pueden afectar nuestra capacidad de comer, así como los alimentos que elegimos, nuestro aspecto y la forma en que nos comunicamos. Estas enfermedades pueden afectar también nuestra productividad económica y limitar nuestra capacidad de trabajar en la casa, en la escuela, o en el empleo. Las disparidades de salud existen en todos los grupos de población, en las distintas edades. Un tercio de la población de los Estados Unidos (100 millones de personas) no tiene acceso a agua potable con flúor. Más de 108 millones de niños y adultos no tienen seguro dental, lo que es 2,5 veces más que los que no tienen seguro médico. Los siguientes son los datos principales sobre salud oral en los niños, adultos y ancianos. (Referirse al informe completo para los detalles de estos datos y sus fuentes.)

Niños

  • Paladar/labio leporino, uno de los más frecuentes defectos congénitos, se calcula que afecta a 1 de cada 600 nacimientos con vida entre los blancos, y 1 de cada 1.850 nacimientos con vida entre los afroamericanos.
  • Otros defectos congénitos tales como displasias ectodérmicas hereditarias, en que todos o la mayoría de los dientes faltan o están deformados, causan problemas durante toda la vida que pueden ser devastadores para niños y adultos.
  • Las caries dentales (dientes picados) son la enfermedad crónica más común en los niños--5 veces más común que el asma y 7 veces más común que la fiebre del heno.
  • Más del 50 por ciento de los niños entre 5 y 9 años de edad, tiene por lo menos una carie o arreglo en los dientes, y esa proporción aumenta a 78 por ciento en los de 17 años. Sin embargo, estas cifras representan una mejoría en la salud oral de los niños, comparado a una generación atrás.
  • Hay disparidades notables en cuanto a las enfermedades dentales dependiendo de los ingresos. Los niños pobres sufren del doble de caries que los niños de mejor posición económica, y es más probable que sus enfermedades queden sin tratamiento. Estas diferencias entre pobres y no pobres continúan en la adolescencia. Uno de cuatro niños en los Estados Unidos nace en la pobreza, y los niños que viven por debajo de la línea de pobreza (ingreso anual menor de $17.000 para una familia de cuatro) tienen caries más graves y sin tratamiento.
  • Las lesiones no intencionales, muchas de las cuales incluyen heridas en la cabeza, boca y cuello, son comunes en los niños.
  • Las lesiones intencionales comúnmente afectan los tejidos craneofaciales.
  • Las lesiones orales causadas por el tabaco son prevalentes en los adolescentes que mascan tabaco.
  • El tratamiento profesional es necesario para mantener la salud oral, sin embargo el 25 por ciento de los niños pobres no han sido tratados por ningún dentista antes de entrar al kindergarten.
  • La presencia de seguro médico es un indicador de acceso a tratamiento dental. Los niños no asegurados tienen 2,5 veces menos probabilidades de recibir tratamiento dental que los niños asegurados. Los niños de familias sin seguro dental tienen 3 veces más probabilidades de necesitar tratamiento dental que los niños con seguro público o privado. Por cada niño sin seguro médico, hay por lo menos 2,6 niños sin seguro dental.
  • Medicaid no ha podido llenar el vacío ofreciendo tratamiento dental para los niños pobres. Menos de 1 de cada 5 niños cubiertos por Medicaid recibió una sola consulta dental según un estudio realizado a lo largo de un año. Si bien algunos nuevos programas tales como el “State Children's Health Insurance Program” (SCHIP) (Programa Estatal de Seguro de Salud Infantil) podrían aumentar el número de niños asegurados, muchos quedarán todavía sin cobertura dental efectiva.
  • El impacto social de las enfermedades orales en los niños es importante. Más de 51 millones de horas escolares se pierden cada año debido a enfermedades dentales. Los niños pobres sufren casi 12 veces más días de actividad limitada que los niños de familias de más altos ingresos. El dolor y el sufrimiento debido a las enfermedades no tratadas puede conducir a dificultades para comer, hablar y prestar atención.

Si bien esta medida no ha sido totalmente implementada, los resultados han sido dramáticos. Las caries dentales empezaron a declinar en la década de 1950 entre los niños que crecieron en las ciudades con agua fluorizada, y a fines de la década de 1970, la declinación en las caries era evidente para muchos norteamericanos. La aplicación de la ciencia para mejorar el diagnóstico, el tratamiento y las estrategias de prevención, ha ahorrado millones de dólares al año en el presupuesto de salud de la nación. Aún más significativo es que muchas menos personas son desdentadas (sin dientes) ahora que una generación atrás.

El tema de prevención ganó ímpetu cuando los investigadores y profesionales más avanzados en las décadas de 1950 y 1960 demostraron que no sólo las caries dentales sino también las enfermedades periodontales eran infecciones bacteriales. Los investigadores demostraron que las infecciones podían reducirse mediante el aumento de la resistencia del organismo receptor a las enfermedades, y reduciendo o eliminando el germen patógeno en la cavidad oral. La aplicación de los resultados de estas investigaciones ha producido una mejoría creciente en la salud oral de los norteamericanos, nuevos enfoques sobre la prevención y tratamiento de enfermedades dentales, y progreso en la ciencia.

El importante papel que los científicos, dentistas, higienistas dentales y otros profesionales de la salud han jugado en la prevención de las enfermedades y discapacidades orales nos lleva a un tercer tema de este informe: existen medidas de prevención seguras y efectivas contra las enfermedades, que todos pueden adoptar para mejorar la salud oral y evitar las enfermedades. Estas medidas incluyen los procedimientos de higiene oral diaria y otros hábitos referidos a estilo de vida, los programas comunitarios, tales como fluorización del agua y de cesación del uso de tabaco, y las intervenciones profesionales tales como los selladores dentales y los exámenes para detectar cáncer oral o faríngeo. Esperamos que este informe del Cirujano General facilitará un avance en el amplio campo de la investigación craneofacial, a fin de que el adelanto en la prevención de enfermedades y trastornos craneofaciales pueda considerarse tan impresionante como el logrado respecto a las enfermedades dentales más comunes.

Adultos

  • La mayoría de los adultos muestran signos de gingivitis o enfermedades périodontales. Las enfermedades periodontales graves (cuya medida es 6 milímetros de pérdida de inserción periodontal) afecta al 14 por ciento de los adultos entre 45 a 54 años.
  • Los síntomas clínicos de las infecciones virales, tales como herpes labialis y úlceras bucales son comunes en los adultos, afectando al 19 por ciento de los adultos entre 25 y 44 años de edad.
  • Las enfermedades crónicas discapacitantes tales como trastornos temporomandibulares, el síndrome de Sjögren, la diabetes y la osteoporosis afectan a millones de norteamericanos y comprometen la salud y funcionamiento oral.
  • El dolor es un síntoma común en los trastornos craneofaciales y causa interferencia con funciones vitales tales como comer, tragar, y hablar. Veintidós por ciento de los adultos declararon haber sufrido algún tipo de dolor orofacial en los últimos 6 meses. El dolor es el componente principal de la neuralgia del trigémino, del herpes facial (neuralgia post-herpética) de los trastornos temporomandibulares, la fibromialgia y la parálisis de Bell.
  • El crecimiento de la población así como los diagnósticos que permiten una más temprana detección del cáncer, significan que más pacientes que nunca están ahora recibiendo tratamiento contra el cáncer. Más de 400.000 de estos pacientes desarrollarán complicaciones orales anualmente.
  • Los pacientes con inmunodeficiencias, tales como los infectados por VIH y los que han sufrido trasplantes de órganos, tienen mayor riesgo de problemas orales tales como candidiasis.
  • Los adultos que trabajan pierden más de 164 millones de horas de trabajo al año debido a enfermedades dentales o visitas al dentista.
  • Por cada adulto mayor de 18 años sin seguro médico, hay tres sin seguro dental.
  • Un poco menos de dos tercios de los adultos declaran haber visitado un dentista en los últimos 12 meses. Y aquellos con ingresos a nivel de pobreza o por encima de éste, tienen dos veces más probabilidades de haber realizado una visita al dentista en los últimos 12 meses que aquellos por debajo del nivel de pobreza.

Adultos Ancianos

  • Veintitrés por ciento de los adultos entre 65 y 74 años tienen enfermedades périodontales graves (cuya medida es 6 milímetros de pérdida de inserción periodontal). (Además, los hombres de todas las edades tienen más probabilidades de enfermedades graves que las mujeres, y las personas de todas las edades de más bajo nivel económico tienen enfermedades periodontales más graves.)
  • Alrededor de un 30 por ciento de los adultos de más de 65 años son desdentados, comparados al 46 por ciento hace 20 años. Estas cifras son más altas entre aquellos que viven en la pobreza.
  • El cáncer oral y el faríngeo son diagnosticados en cerca de 30.000 norteamericanos al año; 8.000 mueren anualmente como consecuencia de estas enfermedades. Estos cánceres son diagnosticados principalmente en los ancianos. La prognosis no es buena: 5 años de supervivencia para el 56% por ciento de pacientes blancos; sólo el 34% para pacientes negros.
  • La mayoría de los ancianos norteamericanos toman medicinas de venta con o sin receta médica. Es muy probable que por lo menos una de esas medicinas tengan efecto colateral oral--generalmente boca seca. La inhibición del flujo salivar aumenta el riesgo de enfermedades orales porque la saliva contiene componentes antimicrobiales, así como minerales que ayudan a recuperar el esmalte dental después del ataque de las bacterias acidógenas que causan las caries. A las personas en instituciones geriátricas a largo plazo se les receta un promedio de ocho medicinas.
  • En todo momento, un 5% de los norteamericanos de más de 65 años (actualmente alrededor de 1,65 millones de personas) están viviendo en alguna institución geriátrica) donde el tratamiento dental es problemático.
  • Muchos ancianos pierden su seguro dental cuando se jubilan. La situación puede ser peor para las mujeres ancianas, quienes generalmente tienen menos ingresos y puede que nunca hayan tenido seguro dental. Medicaid paga el tratamiento dental de los ancianos discapacitados de bajos ingresos en algunos estados, pero los reembolsos son bajos. Medicare no está diseñado para reembolsar el tratamiento dental de rutina.

Al mismo tiempo, necesitamos hacer más para asegurarnos que los mensajes de promoción de la salud y de prevención de enfermedades llegan al hogar de todos los norteamericanos. A este respecto, el cuarto tema de este informe es que los factores generales de riesgo para la salud, tales como el uso del tabaco y la mala alimentación, también afectan la salud oral y craneofacial. Las pruebas sobre la relación entre el uso del tabaco y las enfermedades orales han sido claramente señaladas en casi todos los informes del Cirujano General sobre el tabaco desde 1964, y los efectos orales de la nutrición y la dieta han sido presentados en el Informe del Cirujano General sobre nutrición (1988). Todos los profesionales de la salud pueden jugar un papel en reducir la carga de las enfermedades en los Estados Unidos, llamando la atención sobre éstos y otros factores de riesgo para la salud y sugiriendo la acción apropiada.

Claramente, la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades son conceptos que el pueblo norteamericano ha tomado en serio. Por la tercera década consecutiva la nación ha desarrollado un plan para la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud, plasmado en el documento “Pueblo Sano 2010” del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (2000). Como nación, esperamos eliminar las disparidades de salud y erradicar el cáncer, los defectos congénitos, el SIDA y otras infecciones devastadoras, las enfermedades mentales y el suicidio, y las enfermedades crónicas de la vejez. Vivir bien en la vejez, sin dolores o achaques y con una calidad de vida alta, es el sueño de los norteamericanos.

Actualmente los científicos toman en serio ese sueño al investigar las complejidades craneofaciales. Ellos están utilizando una serie creciente de instrumentos de análisis y sistemas de imagen muy avanzados, para estudiar las funciones normales y diagnosticar las enfermedades. Y están completando la cartografía y la secuencia del genoma humano, animal, microbial y vegetal, para entender mejor las complejidades del desarrollo humano, el envejecimiento, y los procesos patológicos. Ellos están también cultivando líneas celulares, sintetizando las moléculas y utilizando una nueva generación de biomateriales, para revolucionar la reparación y regeneración de los tejidos. Más que nunca en el pasado, los investigadores están trabajando en equipos multidisciplinarios, para aportar nuevos conocimientos y experiencia a fin de lograr la comprensión de las enfermedades y trastornos humanos más complejos.

EL DESAFÍO

El informe del Cirujano General tiene mucho que decir sobre las inequidades y disparidades que afectan a aquellos menos capaces de conseguir los recursos para lograr una salud oral óptima. Las barreras a la salud oral incluyen la falta de acceso a tratamiento, ya sea por ingresos limitados, o la falta de seguro, transporte, o flexibilidad para salir del trabajo a fin de atender las necesidades de salud personales o familiares. Las personas discapacitadas y aquellas con problemas complejos de salud pueden encontrar obstáculos adicionales para obtener tratamiento. A veces también el público, los políticos y los profesionales de la salud, pueden considerar la salud oral y la necesidad de tratamiento como algo menos importante que otras necesidades de salud, lo que subraya la importancia de mejorar la concientización y el conocimiento acerca de la salud.

Aún más costosos para el individuo y la sociedad son los gastos relacionados con los problemas de salud oral más graves que las enfermedades dentales. El presupuesto dental anual de la nación se calcula que excederá los $60 mil millones en el 2000 (Administración de Fondos para la Salud 2000). Sin embargo, hay que agregar a esos gastos los miles de millones de costos directos e indirectos del tratamiento de los dolores craneofaciales crónicos, tales como los trastornos temporomandibulares, la neuralgia del trigémino, el herpes zóster, o el síndrome de la boca urente; los $100.000 de costo mínimo del tratamiento vitalicio de defectos congénitos tales como labio y paladar leporino; los costos de los cánceres orales y faríngeos; los costos de las enfermedades de autoinmunodeficiencia; y los costos relativos a las lesiones intencionales y no intencionales que muy frecuentemente afectan la cabeza y la cara. Luego se deben agregar las consecuencias y costos sociales y sicológicos. El daño del complejo craneofacial, ya sea por enfermedades, trastornos o lesiones, atenta contra nuestra propia identidad. Nosotros nos vemos, y los demás no ven, en términos de la cara que presentamos al mundo. Si se disminuye esa imagen de alguna manera, arriesgamos la pérdida de la autoestima y del bienestar personal.

Todavía quedan muchas preguntas no resueltas por los científicos, profesionales de la salud, educadores, políticos y público en general. Este informe subraya las dificultades en la investigación, así como también señala las tecnologías emergentes que pueden facilitar la solución. A la par de la búsqueda de soluciones, se presenta el desafío de aplicar lo que ya se conoce, en una sociedad donde existen barreras sociales, políticas, económicas, ambientales y de comportamiento respecto a la salud y el bienestar.

LA TAREA

El reconocimiento de que la salud oral puede tener un impacto importante sobre la salud general y el bienestar de la población, motivó a la Oficina del Cirujano General, con aprobación de la Secretaria de Salud y Servicios Humanos, a encargar este informe. Reconociendo los adelantos logrados en cuanto a prevención de las enfermedades, al tiempo que se admite que hay sectores de la población que sufre desproporcionadamente de problemas de salud oral, la Secretaria pidió que el informe “defina, describa, y evalúe la interacción entre la salud oral y la salud y bienestar (calidad de vida), a lo largo del ciclo de vida, dentro del contexto de los cambios en la sociedad”. Los elementos principales a tratar eran los factores determinantes de la salud o la enfermedad, con enfoque primario en la prevención de enfermedades y en la “producción de salud”, más que en la “recuperación de salud”; una descripción de la carga que las enfermedades y trastornos orales representan para la nación; y las bases para la acción destinada a mejorar la salud oral a lo largo del ciclo de vida. El informe también tenía que incluir una orientación para el futuro, señalando las tecnologías de punta y los resultados de las investigaciones que pudieran utilizarse para mejorar la salud oral de los individuos y las comunidades.

BASE CIENTÍFICA DEL INFORME

Este informe se basa en un examen de trabajos científicos publicados. Se utilizaron parámetros apropiados para determinar la calidad de los resultados, basados en el diseño y rigor de los estudios. Además, cuando se hacen recomendaciones, éstas se apoyan en los resultados de efectividad respecto a la población correspondiente. Este examen abarcó la gama de las publicaciones internacionales en inglés. Se hace referencia a recientes reseñas sistemáticas de publicaciones, así como a los artículos de crítica seleccionados. Algunos artículos a los que se hace referencia son en prensa, y hay referencias ocasionales a abstractos recientes y comunicaciones personales.

La base científica de la salud oral ha estado evolucionando durante todo el siglo pasado. Las investigaciones iniciales en esta área fueron sobre todo referidas a las ciencias básicas, investigando los mecanismos de desarrollo normal y patológico, respecto a las caries dentales y las enfermedades periodontales. Las investigaciones sobre prevención han incluido los estudios clínicos con testigos, realizados o no al azar, así como las pruebas en la comunidad y los estudios de demostración. Las investigaciones más recientes han ampliado su base científica para incluir estudios sobre la gama de enfermedades y trastornos craneofaciales, y están trasformándose de simplemente científicas, a investigaciones aplicadas a la práctica clínica y a los servicios de salud.

Las publicaciones clínicas incluyen una gama completa de estudios, desde estudios controlados realizados al azar, a estudios de casos. La mayor parte de las publicaciones incluyen estudios transversales y estudios de cohortes, con algunos estudios de casos y testigos. Las reseñas generales de estas publicaciones han sido utilizadas en los capítulos 2 al 10. El Capítulo 4 incluye análisis tanto publicados como nuevos de bases de datos nacionales y estatales, cuidadosamente diseñados y con calidad garantizada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Los estudios de grupos menores de población también han sido incluidos cuando son relevantes. En el Capítulo 5, las tablas presentan información sobre la relación de las infecciones orales y las afecciones sistémicas, y en el Capítulo 7, las tablas presentan medidas de prevención de enfermedades y de promoción de la salud. Las publicaciones científicas relacionadas con el desarrollo de nuevas tecnologías, su impacto potencial y la necesidad de continuar con la investigación, son descritas al momento de tratar la orientación futura solicitada.

El informe fue elaborado con el asesoramiento y apoyo de un Comité Federal de Coordinación, compuesto por representantes de agencias relacionadas con la salud oral. Los capítulos se basaron en trabajos presentados por expertos que trabajaron guiados por un coordinador para cada capítulo. Cada sección del informe fue revisada por colegas profesionales, en las distintas etapas del proceso, y el manuscrito terminado fue revisado por una serie de expertos, así como por las agencias federales correspondientes. Todos los colaboradores están mencionados en la sección Agradecimientos del informe final.

ORGANIZACIÓN DEL INFORME

El informe gira alrededor de cinco preguntas principales, que han sido utilizadas para estructurarlo en cinco partes.

Primera Parte: ¿Qué es salud oral?

El significado de salud oral se explora en el Capítulo 1, y la interdependencia de la salud oral con la salud general y el bienestar es un tema recurrente en todo el volumen.

El Capítulo 2 trata sobre el complejo craneofacial durante el desarrollo y el envejecimiento, cómo funcionan los tejidos y órganos en los procesos vitales esenciales, y la forma en que determinan nuestras particulares capacidades humanas. Nuestro complejo craneofacial ha evolucionado hasta llegar a tener una notable capacidad de funcionamiento y adaptación, permitiéndonos vencer los desafíos de un medio ambiente siempre cambiante. El examen de los distintos tejidos revela un diseño muy elaborado que sirve a necesidades y funciones complejas, incluyendo la función exclusivamente humana del habla. La rica distribución de nervios, músculos y vasos sanguíneos en esa zona, así como las extensas conexiones de los sistemas endocrino e inmunológico, son indicadores de la función vital del complejo craneofacial para la adaptación y la supervivencia en el transcurso de una larga vida. Se señalan en particular las siguientes conclusiones:

  • Los genes que controlan el patrón básico y la organización segmentaria del desarrollo humano, y específicamente del complejo craneofacial, son muy conservados en la naturaleza. Los genes mutantes que afectan el desarrollo humano tienen su contraparte en muchos organismos más simples.
  • Existe considerable capacidad de reserva o redundancia en las células y tejidos del complejo craneofacial, o sea que si se la cuida de manera apropiada, la estructura debería funcionar bien durante toda la vida.
  • Las glándulas salivares y la saliva sirven para las funciones gustativas y digestivas y también participan en el sistema inmunológico de las mucosas, principal línea de defensa contra los agentes patógenos e irritantes y las toxinas.
  • Los componentes salivares protegen y conservan los tejidos orales, por medio de sus componentes antimicrobiales, agentes amortiguadores, y a través de un proceso de remineralización del esmalte dental.

Segunda Parte: ¿Cuál es el estado de la salud oral en los Estados Unidos?

El Capítulo 3 es un esbozo de las principales enfermedades y trastornos que afectan al complejo craneofacial. Sus conclusiones incluyen:

  • Las infecciones microbiales, incluyendo las causadas por bacterias, virus y hongos, son la principal causa de las enfermedades orales más prevalentes. Los ejemplos incluyen las caries dentales, las enfermedades periodontales, el herpes labialis, y la candidiasis.
  • La etiología y la patogenia de las enfermedades y trastornos que afectan las estructuras craneofaciales son muy complejas y multifacéticas e involucran la interacción entre factores genéticos, ambientales y de comportamiento.
  • Muchas condiciones hereditarias y congénitas afectan al complejo craneofacial, resultando a menudo en desfiguraciones y discapacidades que pueden comprender muchos órganos y sistemas del cuerpo, y afectan a millones de niños en todo el mundo.
  • El uso del tabaco, el uso excesivo del alcohol, y las malas prácticas alimentarias, contribuyen a muchas enfermedades y trastornos. En especial, el uso del tabaco es un factor de riesgo respecto al cáncer oral y faríngeo, las enfermedades periodontales, la candidiasis y las caries dentales, entre otras enfermedades.
  • Algunas enfermedades crónicas, tales como el síndrome de Sjögren, se presentan con síntomas principalmente orales.
  • Los dolores orofaciales son comunes y a menudo tienen etiologías complejas.

El Capítulo 4 es un informe sobre el estado de la salud oral en los Estados Unidos, describiendo la magnitud del problema. Donde lo permiten los datos, el capítulo también describe la salud oral de grupos de población seleccionados, así como su frecuencia de visitas al dentista. Las conclusiones incluyen:

  • Durante las cinco décadas pasadas, se ha notado una importante mejoría a nivel nacional en la salud oral de la mayoría de los norteamericanos.
  • Pero a pesar de la mejoría en el estado de la salud oral, todavía quedan disparidades respecto a algunos grupos de población, que se clasifican por sexo, ingresos, edad y raza/etnia. Respecto a algunas enfermedades y afecciones, la magnitud de las diferencias en el estado de salud oral entre los distintos grupos de población es sorprendente.
  • Las enfermedades y afecciones orales afectan a las personas durante todo su ciclo de vida. Casi todos los norteamericanos han experimentado la enfermedad más común, las caries dentales.
  • Las afecciones que más gravemente afectan la cara y la expresión facial, tales como los defectos congénitos, las lesiones craneofaciales y las enfermedades neoplásticas, son más comunes en los muy jóvenes y en los ancianos.
  • Los dolores orofaciales pueden reducir grandemente la calidad de vida de las personas y restringir sus funciones principales. El dolor es un síntoma común en muchas de las enfermedades que afectan las estructuras orofaciales.
  • Los datos nacionales o estatales sobre muchas de las enfermedades y afecciones craneofaciales, referidos a grupos de población, son muy limitados o inexistentes. Los datos disponibles revelan variaciones dentro y entre los estados, en cuanto a patrones de salud y enfermedad en los distintos grupos de población.
  • Se necesita más investigación para establecer mejores medidas respecto a las enfermedades y la salud, para explicar las diferencias entre los grupos de población y desarrollar intervenciones dirigidas a eliminar las disparidades.

Tercera Parte: ¿Cuál es la relación entre la salud oral y la salud general y el bienestar?

Los capítulos 5 y 6 tratan cuestiones claves de la tarea encargada--la relación de la salud oral con la salud general y el bienestar. El capítulo 5 explora el tema referido a la boca como reflejo de la salud general o estado de enfermedad. Se dan ejemplos de cómo los tejidos orales pueden indicar la presencia de enfermedades, la progresión de una enfermedad, o la exposición a factores de riesgo, y cómo las células y fluidos orales están siendo usados en forma creciente como herramientas de diagnóstico. A esto sigue un análisis de la boca como portal de entrada de las infecciones que pueden afectar los tejidos locales y extenderse a otras partes del cuerpo. Las secciones finales revisan las publicaciones relativas a la emergente relación entre las enfermedades orales y la diabetes, las enfermedades cardíacas y el derrame cerebral, y los resultados adversos en los embarazos. Las conclusiones incluyen:

  • Muchas enfermedades y afecciones sistémicas tienen manifestaciones orales. Estas manifestaciones pueden ser un signo inicial de enfermedades clínicas y sirven para informar al clínico y al paciente de que hacen falta más exámenes.
  • La cavidad oral es un portal de entrada, así como un lugar de asiento para las infecciones microbiales, que afectan el estado de salud general.
  • La cavidad oral y sus funciones pueden ser adversamente afectadas por muchas terapias farmacéuticas y de otro tipo, comúnmente usadas para tratar afecciones sistémicas. Las complicaciones orales de estas terapias pueden dificultar el cumplimiento del tratamiento por parte del paciente.
  • Las personas que tienen problemas inmunológicos y los pacientes hospitalizados corren mayor riesgo de morbidez general debida a infecciones orales.
  • Las personas con diabetes corren mayor riesgo de contraer enfermedades periodontales.
  • Algunos estudios realizados en animales y humanos han demostrado la relación entre las enfermedades periodontales y la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el derrame celebrar, y los resultados adversos en los embarazos. Se necesita más investigación para determinar hasta qué punto esta relación es causal o mera coincidencia.

El capítulo 6 demuestra la relación entre salud oral y calidad de vida, presentando datos sobre las consecuencias de la mala salud oral y la alteración de la funciones del habla, masticación y otras, así como en la autoestima, la interacción social, la educación, los logros profesionales, y el estado emocional. El capítulo cita publicaciones antropológicas y etnográficas para subrayar los valores culturales y el simbolismo que acompaña a la apariencia de la cara y los dientes. Un examen de los intentos de caracterizar las implicaciones de las enfermedades orales y craneofaciales revela las siguientes conclusiones:

  • Nuestra salud oral está relacionada con el bienestar y la calidad de vida, medidos de acuerdo a dimensiones funcionales, sicosociales y económicas. La dieta, la nutrición, el sueño, el estado sicológico, la interacción social, la escuela y el trabajo son afectados por la mala salud oral y craneofacial.
  • Los valores culturales influencian la salud oral y craneofacial y el bienestar, y pueden jugar un papel importante en las prácticas sobre utilización de tratamiento y en la observancia de las normas de salud oral y facial.
  • Las enfermedades orales y craneofaciales y su tratamiento representan una carga para la sociedad, debido a la pérdida de días y años de trabajo productivo. Las afecciones dentales agudas contribuyen a una serie de problemas para los adultos que trabajan, incluyendo la limitación de sus actividades, ausencia por enfermedad y pérdida de trabajo. Para los niños significan la pérdida de escolaridad. Además, las enfermedades tales como el cáncer oral o faríngeo contribuyen a la muerte prematura y pueden medirse por años de vida perdidos.
  • Las enfermedades y afecciones orales y craneofaciales también contribuyen a dificultades para morder, masticar y tragar la comida, la limitación en la selección de alimentos, y la mala nutrición. Estos trastornos incluyen pérdida de dientes, disminución en las funciones salivares, dolores orofaciales- por trastornos temporomandibulares, alteraciones en el gusto, y limitaciones funcionales de las prótesis.
  • El dolor orofacial como síntoma de problemas orales y dentales no tratados, y como una afección en sí misma, es una causa importante de disminución de la calidad de vida. Está relacionado con el insomnio, la depresión y muchos otros resultados sicosociales adversos.
  • Según declaraciones de los afectados, el impacto de las afecciones orales sobre las funciones sociales incluye la limitación de la comunicación verbal y no verbal, la interacción social y las relaciones íntimas. Las personas con rostro desfigurado debido a enfermedad o afección craneofacial y respectivos tratamientos, pueden experimentar una pérdida de autoimagen y autoestima, ansiedad, depresión y estigma social, lo que a su turno puede limitar las oportunidades de educación, de trabajo y de matrimonio, y afectar las otras relaciones sociales.
  • La disminución de la calidad de vida a raíz de la mala salud oral, está relacionada con el mal estado clínico y el acceso limitado a tratamiento.

Cuarta Parte: ¿Cómo se promociona y conserva la salud oral y cómo se evitan las enfermedades orales?

Los siguientes tres capítulos examinan cómo los individuos, los profesionales de la salud, las comunidades y la nación en general contribuyen a la salud oral. El Capítulo 7 analiza la eficacia y efectividad de las medidas de promoción de la salud y prevención de las enfermedades, tomando en cuenta los esfuerzos de las comunidades para evitar las enfermedades orales. Luego continúa con una discusión sobre el conocimiento y las prácticas del público y de los profesionales de la salud e indica las oportunidades para promover la salud, tanto sobre una base amplia como especialmente dirigida. Las conclusiones incluyen:

  • La fluorización del agua en las comunidades es una medida de salud pública efectiva, segura e ideal, que beneficia a las personas de todas las edades y extracción socieconómica.
Desafortunadamente, más de un tercio de la población de los Estados Unidos (100 millones de personas) no goza de esta medida crítica de salud pública.
  • Existen medidas efectivas de prevención de enfermedades que pueden utilizar los individuos, los profesionales de la salud y las comunidades. La mayoría de éstas se concentran en la prevención de las caries dentales, tales como el uso de flúor y los selladores dentales, al tiempo que se requiere una combinación de servicios para lograr la óptima prevención de las enfermedades. Las prácticas diarias de higiene oral tales como el cepillado y el uso de hilo dental pueden evitar la gingivitis.
  • Los programas comunitarios de prevención de otras enfermedades y afecciones orales, tales como el cáncer oral y faríngeo, y los traumas orofaciales, requieren mayor esfuerzo de planificación.
  • Los programas comunitarios de prevención no están a disposición de un sector grande de la población de menos ingresos.
  • Existe una brecha entre las conclusiones de la investigación y las prácticas de prevención y promoción de la salud, y el conocimiento del público y de los profesionales de la salud.
  • Los métodos de prevención de enfermedades y promoción de la salud, tales como el control del tabaco, el uso apropiado del flúor para la prevención de las caries, y suplementos de folato para prevenir los defectos del tubo neural, ofrecen oportunidades de cooperación entre los programas comunitarios y los profesionales de la salud, así como la colaboración entre los profesionales.
  • Muchos programas comunitarios requieren el esfuerzo combinado de los servicios sociales, atención sanitaria y de educación a nivel local o estatal.

El Capítulo 8 explora el papel de los individuos y de los prestadores de atención sanitaria para promover y conservar la salud oral y el bienestar. Para el individuo, esto significa ejercer el suficiente cuidado de la propia salud y adoptar costumbres sanas. Para los prestadores de servicios, significa incorporar el conocimiento derivado de la base científica, de manera puntual para la prevención y el diagnóstico, la evaluación y manejo del riesgo, y el tratamiento de las enfermedades y trastornos orales. Este capítulo gira principalmente alrededor de los prestadores de servicios orales. El manejo de la salud y enfermedades orales y craneofaciales necesita de la colaboración de un equipo de profesionales, para lograr óptima salud oral y general. Las conclusiones incluyen:

  • Lograr y conservar la salud oral requiere la acción individual, complementada por atención profesional, así como por actividades comunitarias.
  • Los individuos pueden tomar acción por sí mismos y por las personas bajo su cuidado, para prevenir las enfermedades y conservar la salud. La prevención temprana de muchas enfermedades y afecciones orales, dentales y craneofaciales, es posible mediante la dieta, la nutrición, la higiene oral, y las costumbres saludables, incluyendo el uso apropiado de los servicios profesionales. Las personas deben utilizar diariamente dentífrico con flúor para evitar las caries dentales y deben cepillarse y usar hilo dental también diariamente para evitar la gingivitis.
  • Todos los prestadores de atención primaria de salud pueden contribuir a mejorar la salud oral y craneofacial. Es necesario un enfoque interdisciplinario para manejar la interrelación salud oral-salud general. Los dentistas, como principales prestadores de atención primaria de salud, están en una posición ideal para desempeñar un papel preponderante en la detección, el diagnóstico temprano y el tratamiento de una serie de enfermedades y afecciones orales y generales complejas.
  • Existen intervenciones no quirúrgicas para revertir el progreso de las enfermedades y tratarlas como infecciones.
  • Los nuevos descubrimientos y el desarrollo de las pruebas de base molecular y genética, facilitarán la evaluación del riesgo y el tratamiento, y mejorarán la capacidad de los prestadores de atención sanitaria en cuanto a la personalización de los tratamientos.
  • Los prestadores de atención sanitaria pueden difundir programas de lucha contra el tabaco y realizar otras formas de promoción de la salud en sus oficinas, contribuyendo tanto a la salud general como a la salud oral.
  • Se están desarrollando materiales de rehabilitación biocompatibles y tejidos creados por técnicas de bioingenería, que aumentarán considerablemente las opciones de tratamiento a disposición de los prestadores y sus pacientes.

El Capítulo 9 describe el rol de los profesionales dentales y sus colaboradores, de los profesionales de la medicina en general y de las agencias de salud pública a nivel local, estatal y nacional, en la administración de los servicios de salud o el reembolso de los costos de tratamiento. Estas actividades son analizadas tomando en cuenta los cambios en la organización de los servicios de salud en los Estados Unidos y las tendencias respecto a la cantidad de los que se dedican a la investigación, a la educación y a la práctica.

  • Los sistemas de prestación de servicios dentales, médicos y de salud pública, ofrecen cada uno tratamientos relacionados con la salud oral y craneofacial de la población norteamericana. Los servicios clinicos de salud oral son principalmente prestados por profesionales en la práctica privada.
  • Los gastos sólo en servicios dentales representaron el 4,7% de los gastos en salud a nivel nacional en 1998 - $53,8 mil millones, de un total de 1,1 billones. Estas cifras están por debajo de los verdaderos costos para la nación, porque no hay datos disponibles para determinar el monto de los gastos de servicios de tratamiento craneofacial prestados por otros prestadores de atención sanitaria y otras instituciones.
  • La estructrura pública referida a salud oral es insuficiente para resolver las necesidades de los grupos más desaventajados, y falta la integración de los programas de salud oral y salud general.
  • Se necesita la expansión de la prevención de enfermedades a nivel de la comunidad y la eliminación de barreras al tratamiento oral individual, para satisfacer las demandas de la población.
  • La cobertura de seguro para tratamiento dental va en aumento pero todavía está por detrás de los seguros médicos. Por cada niño menor de 18 años sin seguro médico, hay por lo menos dos niños sin seguro dental: por cada adulto de 18 años o más sin seguro médico, hay tres sin seguro dental.
  • La eligibilidad para Medicaid no garantiza la incorporación, y la incorporación no garantiza que la persona obtenga el tratamiento que necesita. Las barreras que existen son la falta de conocimiento por parte de los pacientes y los prestadores de servicios, sobre la importancia y el valor de la salud oral respecto a la salud general, los bajas tasas de reembolso, y las cargas administrativas tanto para el paciente como para los prestadores de atención sanitaria.
  • Una definición restringida de “tratamiento dental médicamente necesario” limita actualmente los servicios de salud oral respecto a muchas personas, especialmente los ancianos.
  • La proporción de dentistas por número de población está declinando, creando preocupación sobre la capacidad de la fuerza de trabajo profesional para satisfacer las demandas crecientes de la sociedad y ofrecer los servicios de manera eficiente.
  • Se calcula que aproximadamente 25 millones de personas residen en áreas que no tienen servicios dentales adecuados, de acuerdo a la definición de “Área de Escasez de Profesionales de la Salud” (Health Professional Shortage Area--HPSA).
  • La deuda de educación ha aumentado, afectando tanto la elección de carrera como el lugar de práctica.
  • Existen disparidades en la fuerza laboral de los servicios de salud oral y en la orientación de la carrera. El número de minorías sin representación en la profesión de salud oral es desproporcionado respecto a su distribución dentro de la población total.
  • La demanda actual y proyectada de posiciones de enseñanza e investigación en las escuelas de odontología no está siendo satisfecha. La crisis en el número de profesores e investigadores amenaza la calidad de la formación odontológica, de la investigación oral, dental y craneofacial, y, en último término, de la salud pública.
  • No existen mediciones confiables y válidas de los resultados respecto a salud oral, y por tanto es necesario desarrollarlas, validarlas e incorporarlas a la práctica y a los programas.

Quinta Parte: ¿Cuáles son las necesidades y las oportunidades de mejorar la salud oral?

El Capítulo 10 contempla los determinantes de la salud oral dentro del contexto de la sociedad y a lo largo de las distintas etapas de la vida. Si bien los teóricos han propuesto una serie de modelos de determinantes de salud, hay un consenso general respecto a que la biología individual, el ambiente físico y socioeconómico, los hábitos personales y estilo de vida, y la organización de los servicios de salud, son factores claves cuya interrelación determina el nivel de salud oral logrado por un individuo. El capítulo ofrece ejemplos de estos factores, señalando las barreras y las formas de elevar el nivel de salud oral de los niños y ancianos norteamericanos. Las conclusiones incluyen:

  • Los principales factores que determinan la salud oral y la salud general y el bienestar, son la biología individual y la genética: el medio ambiente, incluyendo sus aspectos físicos y socioeconómicos, los hábitos personales y el estilo de vida; el acceso a tratamiento y la organización de los servicios de salud. Estos factores interactúan durante el ciclo de vida y determinan la salud de los individuos, de los grupos de población y de las comunidades, desde vecindarios a naciones.
  • La carga de las enfermedades y afecciones orales pesa en forma desproporcionada sobre las personas de bajo estado socioeconómico en todas las etapas de la vida y sobre aquellos más vulnerables, debido a su mala salud general.
  • El acceso a tratamiento es importante. Una serie compleja de factores determina el acceso a tratamiento e incluye la necesidad de tener una población y unos políticos informados, programas integrales y culturalmente apropiados, y recursos para pagar y reembolsar los servicios. Entre otros factores, la disponibilidad de seguro aumenta el acceso a tratamiento.
  • Existen intervenciones preventivas, tales como el uso de protección para la cabeza y la boca, y los selladores de dientes, pero no se utilizan o aplican de manera uniforme.
  • Los hogares geriátricos y otras instituciones de alojamiento a largo plazo, tienen limitada capacidad de ofrecer tratamiento oral a sus residentes, la mayoría de los cuales enfrentan un riesgo creciente de enfermedades orales.
  • La orientación anticipada y la evaluación y gestión de los riesgos, facilitan la atención de la salud de los niños y los ancianos.
  • Existen programas de ayuda federales y estatales para determinados servicios de salud oral. Sin embargo, la gama de servicios es muy limitada y el nivel de reembolso para los servicios de salud oral es bajo comparado con los honorarios normales por tratamiento.

El Capitulo 11 describe en gran detalle el potencial de las ciencias de la vida respecto a mejorar la salud oral en los próximos años, dentro del contexto de los cambios en la sociedad norteamericana y en el resto del mundo. También se señala el rol crítico de la genética y la biología molecular.

El Capítulo 12, el último, reitera los temas del informe y agrupa las conclusiones de los capítulos anteriores en ocho categorías principales. Estas conclusiones, así como la sugerencia de un marco para la acción destinado a guiar los próximos pasos para el progreso de la salud oral en el país, se presentan a continuación.

CONCLUSIONES PRINCIPALES

Las enfermedades y trastornos orales de por sí afectan la salud y el bienestar de las personas durante toda la vida. La carga que representan las enfermedades orales es grande, y puede ser especialmente pesada para los grupos de población más vulnerables. Esta carga incluye las enfermedades dentales más comunes y otras infecciones orales, tales como herpes simplex y candidiasis, que pueden producirse en cualquier etapa de la vida, así como los defectos congénitos en la infancia, y los dolores faciales crónicos y cánceres orales que ocurren en edades más avanzadas. Muchos de estas afecciones y sus tratamientos pueden minar la autoimagen y la autoestima, dificultar la interacción social normal, y conducir a la depresión y estrés crónicos, así como causar grandes costos económicos. Estas afecciones y tratamientos también pueden interferir con funciones vitales tales como respirar, comer, tragar y hablar, y con actividades de la vida diaria tales como el trabajo, la escuela y la interacción familiar.

Existen medidas seguras y efectivas para prevenir las enfermedades dentales más comunes- las caries y las enfermedades periodontales. La fluorización del agua en las comunidades es una forma segura y efectiva de prevenir las caries dentales tanto en los niños como en los adultos. La fluorización beneficia a todos los residentes que usan el agua en las comunidades, sin diferencia de status social o económico. Las medidas profesionales e individuales, incluyendo el uso de enjuagues bucales, pastas y dentífricos con flúor, suplementos dietarios y la aplicación de selladores dentales, son medios adicionales de prevenir las caries dentales. La gingivitis puede prevenirse con buenas prácticas de higiene oral, incluyendo el cepillado y el uso de hilo dental.

Los hábitos de vida que afectan la salud general, tales como el uso del tabaco, el consumo excesivo de alcohol, y la mala alimentación afectan también la salud oral y craneofacial. Estos hábitos individuales están relacionados con el aumento de riesgo respecto a defectos congénitos, cánceres orales y faríngeos, enfermedades periodontales, caries dentales y candidiasis, entre otros problemas de salud oral. Existen oportunidades de mejorar el conocimiento y las prácticas del público sobre la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud oral, mediante programas dentro de la comunidad y en los centros de servicios de salud. Todos los prestadores de atención sanitaria pueden jugar un importante papel en la promoción de estilos de vida saludables, mediante la incorporación de programas contra el uso del tabaco, asesoramiento sobre dieta, y otros esfuerzos de promoción de la salud unidos a la práctica profesional.

Existen profundas disparidades con serias consecuencias respecto a salud oral dentro de la población norteamericana. Las disparidades respecto a varias afecciones orales pueden tener relación con los ingresos, la edad, el sexo, la raza o etnia, o el estado clínico de las personas. Si bien las enfermedades dentales más comunes pueden ser prevenidas, no todos los miembros de la sociedad tienen la información o la capacidad de enterarse de las medidas de promoción de la salud oral. De igual manera, no todos los prestadores de atención sanitaria pueden estar enterados de los servicios que se necesitan para mejorar la salud oral. Además, el tratamiento oral no es parte integral de muchos programas de salud. Existen factores sociales, económicos y culturales, así como cambios demográficos en la población, que afectan la manera en que se prestan y utilizan los servicios, y la forma en que las personas cuidan su propia salud. Para reducir las disparidades se necesitan enfoques amplios, dirigidos a los grupos de población en más alto riesgo de contraer determinadas enfermedades orales, y también es necesario mejorar el acceso a los servicios existentes. Una solución incluye poner los seguros dentales a disposición de mayor cantidad de norteamericanos. La cobertura pública para tratamiento dental es mínima en cuanto a los adultos, y los programas para niños no llegan a muchos beneficiarios elegibles.

Se necesita más información para mejorar la salud oral de los norteamericanos y eliminar las disparidades. No tenemos datos adecuados sobre salud, enfermedades, prácticas y tratamientos de salud respecto a la población de los Estados Unidos, en su totalidad y por segmentos, que incluyan las minorías raciales y étnicas, la población rural, las personas discapacitadas, los desamparados, los inmigrantes, los trabajadores migratorios, los muy jóvenes, y los ancianos frágiles. Tampoco hay datos suficientes sobre problemas de salud referidos a cuestiones sexuales u orientación sexual. Los datos respecto a la población a nivel de los estados o a nivel local, esenciales para la planificación y evaluación de programas, son escasos o no están disponibles, y reflejan la capacidad limitada de la infraestructura nacional referente a la salud oral. También son muy escasos los datos sobre servicios de salud, que podrían ofrecer información muy necesaria sobre los costos, eficiencia económica y resultados de los tratamientos. Asimismo se necesitan mediciones de los resultados respecto a enfermedades y a la salud. Si bien se han hecho algunos progresos en la medición de la relación entre salud oral y calidad de vida, se necesita más acción, pues las mediciones sobre salud oral per se no existen.

La boca refleja la salud general y el bienestar. La boca es una parte del cuerpo fácilmente accesible y visible, y ofrece a los prestadores de atención sanitaria y a las personas individuales, una ventana hacia su estado general de salud. Como puerta de entrada al cuerpo, la boca es sensible, responde al mundo exterior y al mismo tiempo refleja lo que está pasando en las profundidades del cuerpo. La boca puede mostrar signos de deficiencias de nutrición, y servir como sistema de alarma respecto a enfermedades tales como la infección por VIH y otros problemas del sistema inmunológico. La boca también puede mostrar signos de infección general o de estrés. A medida que aumenta el número de sustancias dentro de la saliva que pueden ser medidas de manera confiable, puede que ésta se convierta en el fluido de diagnóstico preferido, permitiendo el diagnóstico de enfermedades específicas, así como también la medición de la concentración de una variedad de drogas, hormonas, y otras moléculas de interés. Las células y fluidos de la boca pueden también utilizarse para el análisis genético, a fin de descubrir riesgos de enfermedades y predecir los resultados de los tratamientos médicos.

Las enfermedades y afecciones orales están relacionados con otros problemas de salud. Las infecciones orales pueden dar origen a infecciones sistémicas en las personas con sistema inmunológico débil, y los signos y síntomas orales son a menudo parte del estado de salud general. La asociación entre las infecciones orales crónicas y otros problemas de salud, incluyendo la diabetes, las enfermedades cardíacas y los resultados adversos en los embarazos, también ha sido mencionada. Las investigaciones actuales puede que descubran los mecanismos que apoyan las conclusiones existentes y expliquen esa relación.

La investigación científica es clave para reducir aún más la carga que representan las enfermedades y afecciones que afectan la cara, la boca y los dientes. La base científica respecto a las enfermedades dentales es amplia y ofrece un sólido fundamento para mejorar aún más la prevención. Respecto a otras afecciones craneofaciales y orales, la base no ha llegado todavía al mismo nivel de madurez. La investigación científica ha conducido a una serie de enfoques para mejorar la salud oral, mediante la prevención, el diágnostico temprano y el tratamiento. Estamos en buena posición para impulsar más aún las medidas preventivas, investigando la forma de lograr intervenciones más efectivas y mejor dirigidas, y encontrando la manera de promover su adopción por parte del público y los profesionales de la salud. La aplicación de nuevos instrumentos y técnicas es importante. Su empleo en la investigación genética y del genoma, la neurociencia, y el cáncer, ha permitido rápidos progresos en estos campos. Estamos convencidos de que veremos un esfuerzo mayor para entender la relación entre las infecciones orales y su tratamiento y otras enfermedades y afecciones, junto con el desarrollo de los diagnósticos basados en información oral. Estos adelantos son muy promisorios para la salud de la población norteamericana.

UN MARCO PARA LA ACCIÓN

Todos los norteamericanos pueden beneficiarse del desarrollo de un Plan Nacional de Salud Oral destinado a mejorar la calidad de vida y eliminar las disparidades de salud, facilitando la colaboración entre los individuos, los prestadores de atención sanitaria, las comunidades y los políticos a todos los niveles de la sociedad, y aprovechando las iniciativas ya existentes. Todos tenemos un rol en cuanto a mejorar y promover la salud oral. Debemos trabajar juntos para ampliar el conocimiento del público respecto a la importancia de la salud oral y su relevancia en cuanto a la salud general y el bienestar, y para asegurar que las medidas existentes de prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y trastornos orales están a disposición de todos los norteamericanos. Los principales componentes del plan son los siguientes:

Cambiar las percepciones respecto a la salud y enfermedades orales, a fin de que la salud oral se convierta en un componente aceptado de la salud en general.

  • Cambiar las percepciones del público . Muchas personas consideran que los signos y síntomas orales son menos importantes que las indicaciones de enfermedad en general. Como resultado, suelen evitar o postergar el tratamiento necesario, exacerbando de esa manera el problema. Si deseamos aumentar la capacidad de la nación para mejorar la salud oral y reducir las disparidades de salud, necesitamos ampliar el conocimiento del público respecto al significado de la salud oral, y la relación que existe entre la boca y el resto del cuerpo. Estos mensajes deben tener en cuenta los mútiples idiomas y tradiciones culturales que caracterizan a la diversidad norteamericana.
  • Cambiar las percepciones de los políticos . Los políticos informados a nivel local, estatal y federal, son claves para asegurar la inclusión de servicios de salud oral en los programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades, en los sistemas de tratamiento y en los sistemas de reembolso. Es esencial llamar la atención de los legisladores y funcionarios públicos a todos los niveles, sobre la salud oral, a fin de lograr políticas públicas más efectivas para mejorar la salud oral en los Estados Unidos. Debemos usar todos los medios posibles para informar a los políticos--informalmente a través de sus organizaciones y afiliaciones, y formalmente a través de sus oficinas de gobierno--si deseamos políticas racionales y programas efectivos de salud oral.
  • Cambiar las percepciones de los prestadores de atención sanitaria . En la formación de los profesionales de la salud no especializados en salud dental, se dedica muy poco tiempo a los tópicos de salud y enfermedades orales. Sin embargo, todos los prestadores de atención sanitaria pueden y deben contribuir a mejorar la salud oral. Esto se puede lograr de varias maneras, tales como incluyendo el examen oral como parte de los exámenes médicos generales, asesorando a los pacientes sobre cuestiones referidas a dieta y cesación del uso del tabaco, y refiriendo a los pacientes a especialistas en salud oral, para tratamiento anterior a las intervenciones médicas o quirúrgicas que pueden dañar los tejidos orales, tales como la quimioterapia y la radioterapia en la cabeza o en el cuello. Los prestadores de atención sanitaria deben estar listos, dispuestos y capacitados para trabajar en colaboración, a fin de ofrecer tratamiento óptimo a sus pacientes. Si tenemos profesionales de la salud bien informados, podremos estar seguros de que el público que utiliza los servicios de salud se beneficiará con las intervenciones interdisciplinarias y el tratamiento integral. Preparar a los profesionales de la salud para ese rol, incluirá, entre otros factores, cambios en el curriculum y capacitación multidisciplinaria.

Acelerar el avance de la base científica y aplicada y utilizar la ciencia de manera efectiva para mejorar la salud oral. La investigación biomédica y los estudios sobre comportamiento, los ensayos clínicos, y la investigación basada en la población, han sido parte vital de los avances científicos de las últimas décadas. La continua inversión nacional en investigación es fundamental para aportar nuevos conocimientos sobre la salud general y oral y enfermedades, y es necesario acelerarla si se quieren lograr más avances en los años venideros. Igualmente importante es la efectiva transferencia de las conclusiones de la investigación al público y a los profesionales de la salud. Sin embargo, los pasos siguientes son más complicados. El problema es entender las enfermedades complejas causadas por la interacción de múltiples genes, con variables ambientales y de comportamiento- descripción que se aplica a la mayoría de las enfermedades y trastornos orales- y aplicar las conclusiones de la investigación a la práctica y al estilo de vida.

Este informe señala muchas áreas de oportunidades y necesidades respecto a investigación en cada capítulo. En la actualidad existe una gran necesidad de investigación clínica y sobre comportamiento, ensayos clínicos, investigación sobre servicios de salud, e investigación de demostración basada en la comunidad. Además, el desarrollo de procedimientos de evaluación de riesgo respecto a los individuos y comunidades, y de marcadores de diagnóstico que indiquen si un individuo es más o menos susceptible a una determinada enfermedad, pueden ofrecer las bases para la formulación de perfiles de riesgo y para la correspondiente personalización de las opciones y programas de tratamiento.

Es vital en esta área el mejor conocimiento de la etiología y distribución de la enfermedad. Pero tal como lo aclara este informe, las bases de datos epidemiológicos y de estadísticas de salud y enfermedades orales, servicios de salud, utilización de los servicios, y gastos correspondientes, son limitados o inexistentes a nivel nacional, estatal y local. Tales datos son esenciales para llevar a cabo investigación sobre servicios de salud, generar hipótesis de investigación, planificar y evaluar programas, e identificar problemas emergentes de salud pública. La recaudación futura de datos debe tener en cuenta las diferencias entre los subgrupos raciales y étnicos de población. Se debe prestar más atención a las variables demográficas tales como edad, sexo, orientación sexual y factores socioeconómicos, para determinar el estado de la salud. Claramente, mientras haya más información detallada disponible, los planificadores de programas estarán en mejores condiciones de establecer prioridades e intervenciones personalizadas.

Para poder elucidar la relación entre las infecciones orales inflamatorias crónicas, tales como la periodontitis, la diabetes y el control glicémico, así como otras afecciones sistémicas, requerirá una dedicación más intensa a la investigación. También pueden ocurrir rápidos progresos respecto a estudios en el área de la reparación y regeneración natural de tejidos y órganos orales. El mejoramiento de la salud oral depende de los enfoques multidisplinarios e interdisciplinarios en la investigación biomédica y de comportamiento, incluyendo la cooperación entre los investigadores de las ciencias físicas y de la vida, y de la capacidad de los profesionales de la salud y del público para aplicar los resultados de esas investigaciones en forma efectiva.

Crear una infraestructura de salud efectiva, que satisfaga las necesidades de salud oral de todos los norteamericanos e integre la salud oral dentro de la salud general. La capacidad que tienen los programas de salud pública para atender las necesidades de salud oral es escasa y no está integrada con los otros programas de salud pública. Si bien los objetivos del programa “Pueblo Sano 2010” constituyen una guia para la medición de resultados, no existe un programa nacional de salud pública oral. Además, los recursos locales, estatales y federales son limitados en cuanto a personal, equipos, e instalaciones disponibles para apoyar los programas de salud oral. También hay una falta de profesionales de la salud con suficiente conocimiento de salud oral. Como resultado, los programas de prevención de enfermedades no están siendo implementados en muchas comunidades, creando brechas en la prevención y tratamiento que afectan a la población más necesitada de la nación. De hecho, los recortes en muchos presupuestos estatales han reducido el personal de los programas dentales estatales y territoriales y limitado la promoción de la salud y la prevención de enfermedades orales. Una mejor infraestructura de salud pública facilitaría el fortalecimiento de la cooperación entre los servicios profesionales privados, los programas públicos y los grupos voluntarios.

Hay una falta de diversidad racial y étnica entre los trabajadores de la salud oral. Los esfuerzos por reclutar personas pertenecientes a grupos minoritarios para puestos en la educación, investigación y práctica en el campo de la salud, en porcentajes por lo menos correspondientes a su representación dentro de la población general, no sólo enriquecerían el pozo de talentos, sino también producirían una distribución geográfica más equitativa de trabajadores de la salud. El efecto de ese cambio podría muy bien aumentar el acceso y la utilización de los servicios de salud oral respecto a las minorías raciales y étnicas.

Un estudio más cuidadoso de las tendencias dentro de la fuerza laboral revela una preocupante declinación en el número de hombres y mujeres que eligen carreras de educación e investigación en el campo de la salud oral. Los líderes del sector publico y privado tienen conciencia del problema y están debatiendo las formas de aumentar y diversificar el pozo de talentos, incluyendo la disminución de las cargas financieras de la formación profesional, pero pueden ser necesarios incentivos adicionales.

Derribar las barreras entre la población y los servicios de salud oral. Este informe presenta datos sobre acceso, utilización, financiamiento, y reembolso de servicios de salud oral; ofrece datos adicionales sobre el alcance de las barreras; y señala la necesidad de cooperación entre el sector público y privado para buscar soluciones. Los datos indican que la falta de seguro dental, privado o público, es uno de los varios impedimentos para obtener tratamiento oral y es en parte la causa de la mala salud oral de aquellos que viven bajo la línea de pobreza, no tienen seguro de salud o pierden su seguro al jubilarse. El nivel de reembolso por servicios, también ha demostrado ser un problema y una falta de incentivo para que los prestadores de servicios participen en ciertos programas públicos. Las organizaciones profesionales y agencias del gobierno conocen estos problemas y están explorando soluciones que merezcan ser evaluadas. Se ha expresado particular preocupación respecto a los niños del país, y algunas iniciativas, tales como el Programa Estatal de Seguro de Salud Infantil, que si bien no contempla cobertura para los servicios de salud oral, son pasos positivos. Además, las personas cuya salud está afectada física, mental o emocionalmente, necesitan servicios integrales.

Utilizar la cooperación entre sector público y privado para mejorar la salud oral de aquellos que todavía sufren en forma desproporcionada enfermedades orales. El talento colectivo y complementario de las agencias de salud pública, la industria privada, las organizaciones de servicios sociales, los educadores, los prestadores de atención sanitaria, los investigadores, la prensa, los líderes comunitarios, las organizaciones voluntarias de servicios de salud, los grupos de consumidores, y los ciudadanos interesados, son vitales no sólo para reducir sino para eliminar las disparidades de salud en los Estados Unidos. Este informe señala las variaciones en la salud general y oral entre los distintos grupos de población. Se necesita una creciente cooperación para educar al público y a los profesionales de la salud, para realizar investigaciones y para ofrecer servicios y programas de salud. Esta cooperación puede crear y fortalecer las iniciativas y programas de demostración interdisciplinarios, culturalmente apropiados, basados en la comunidad y que comprendan a toda la comunidad, para extender las inciativas de promoción de la salud y prevención de las enfermedades. Ejemplos de estas iniciativas incluyen los programas de prevención de uso del tabaco, la promoción de mejor alimentación, y el estímulo para el uso de equipos de protección que eviten las lesiones en los deportes. De esta manera, la cooperación entre las organizaciones deportivas, escuelas, iglesias y otros grupos y líderes comunitarios, trabajando en concierto con los profesionales de la salud, puede contribuir a mejorar la salud general y oral.

CONCLUSIÓN

El último medio siglo ha presenciado la evolución del significado de salud oral, desde un enfoque estrecho concentrado en los dientes y las encías, hasta el reconocimiento de que la boca es centro de tejidos y funciones vitales, que son críticas para la salud general y el bienestar a lo largo de toda la vida. La boca como espejo de salud o enfermedad, como sentinela o sistema de alarma, como modelo accesible para el estudio de otros órganos y tejidos, y como fuente potencial de patologías que afectan a otros sistemas y órganos, ha sido descripta en capítulos anteriores y ofrece un estímulo para las investigaciones futuras. Los descubrimientos del pasado han permitido a los norteamericanos de hoy gozar de mucho mejor salud oral que sus antepasados de hace un siglo. Pero la prueba de que no todos los norteamericanos han logrado el mismo nivel de salud oral y bienestar es un desafío importante, que demanda los mejores esfuerzos de los individuos y de las agencias públicas y privadas.

REFERENCIAS

Health Care Financing Administration (HCFA).
National Health Expenditures projections: 1998-2008. Office of the Actuary. 2000 Apr 25.

US Department of Health and Human Services (USDHHS)
Healthy People 2010 (Conference Edition, in two volumes). Washington; 2000 Jan.

US General Accounting Office (GAO).
Oral health in low-income populations. GAO/HEHS-00-72. 2000 Apr.

EQUIPO DEL PROYECTO

Caswell A Evans DDS, MPH
Director del Proyecto y Editor Ejecutivo
Subdirector, Departamento de Salud y Servicios Humanos de Los Angeles.

Dushanka V. Kleinman, DDS, MScD
Coeditora Ejecutiva y Subdirectora
Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial
Institutos Nacionales de la Salud

William R. Maas DDS, MPH, MS
Dentista-director; Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos
Director, División de Salud Oral, Centro de Control y Prevención de Enfermedades

Harold C. Slavkin DDS
Director
Insituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial
Institutos Nacionales de la Salud

Joan S. Willentz MA
Redactora y Editora de Ciencias

Roseanne Price ELS
Editora

Marla Fogelman
Editora

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This page last updated: March 07, 2014