Ochenta y nueve por ciento de los encuestados en 700 ciudades y pueblos analizados por la Liga Nacional de Ciudades (National League of Cities)en 1994 dijeron que la violencia en las escuelas es un problema en su comunidad (Randy Arndt 1994). Los investigadores han identificado varias causas principales para el aumento del comportamiento violento, causas tan entrelazadas que intentar enfocarse en una, mientras se pasa por alto la otra, crea el riesgo de fracaso total. La pobreza, el racismo, el desempleo, el abuso de drogas, el facil acceso a las armas, las practicas de los padres que son abusivas o inadecuadas y la frecuente exposicion a la violencia a traves de los medios de comunicacion son todos elementos responsables de esta situacion (National Association for the Education of Young Children 1993).
Las tacticas para tratar con esta creciente violencia de la juventud han sido en su mayoria unidimensionales, basandose en la remocion del ofensor mediante su suspension o relegacion fuera de la sala principal de clases. Esto puede proteger a otros alumnos; sin embargo, ha sido probada inadecuada para prevenir que los ninos desarrollen carreras criminales. Tanto educadores como sicologos estan viendo la prevencion del comportamiento violento como una respuesta mas efectiva y mas humana para este problema multidimensional (Hill Walker 1994).
El primer paso en la prevencion de la violencia en las escuelas es realizar una evaluacion sistematica para responder a estas y otras preguntas pertinentes. Una manera de enfocar tal evaluacion es midiendo de modo sistematico como la interaccion pacifica de individuos y grupos es facilitada por los programas, politicas y procesos en tres niveles distintos: en la sala de clases, en el establecimiento escolar y en el departamento zonal (Marie Somers Hill y Frank W. Hill 1994).
Por ejemplo, en la sala de clases, la investigacion indica que un enfoque en metas academicas, conformacion de comportamiento respetuoso e intervencion rapida y no intrusiva en el mal comportamiento desalientan el desorden, el cual puede llevar a la violencia (Diane Aleem, Oliver Moles y otros 1993). El departamento zonal puede entrenar de manera continua al personal en temas de reduccion de la violencia y entregar beneficios para los recursos humanos tales como consejeria personal o politicas de permisos personales para mejorar el funcionamiento y la moral de los funcionarios (Hill y Hill).
IMPERA EN ELLAEstudios han demostrado que las escuelas con bajos niveles de comportamiento violento se distinguen de aquellas con altos indices, en cuanto a un clima escolar mas positivo, donde los sentimientos comunitarios, la inclusividad y la nutricion son evidentes. Los alumnos que se sienten reconocidos y apreciados al menos por un adulto en el establecimiento, tendran menos probabilidades de actuar en contra del caracter escolar de la no violencia (H.Walker)
Un plan de disciplina que abarque a todo el colegio ayuda a promover una cultura estudiantil pacifica y preocupada. Se deben crear estructuras para alcanzar dos metas: ensenar y reforzar activamente el comportamiento de los ninos en forma explicita, cuando manifiestan compor-tamientos pro-sociales basicos; y hacer a los estudiantes responsables por sus acciones erroneas de manera justa y consistente (Hill Walker, Geoff Colvin y Elizabeth Ramsey 1995).
Creando una atmosfera no institucional y atrayente en el establecimiento puede contribuir a crear un clima escolar positivo. Reparar el vandalismo rapidamente y mostrar preocupacion por el establecimiento desalientan futuros actos de vandalismo.
Hacer que los alumnos se involucren en el hermoseamiento del edificio y los terrenos aumenta los sentimientos de pertenencia y comunidad (Sandra R. Sabo 1993).
El director puede alentar el sentido de pertenencia a los programas y politicas escolares compartiendo el poder con equipos de administracion que tienen base en el lugar. Esto aumenta la probabilidad de que los planes disciplinarios y las metas academicas sean apoyadas de manera consistente, mejorando el clima escolar (Aleem, Moles y otros).
Finalmente el director debe tener la seguridad de que las raices del comportamiento violento han sido adecuadamente abarcadas, tomando ventaja de los programas de desayuno y almuerzos federales, de los programas del instituto antiracista, y manifestarse publicamente en contra y todo tipo de acosamiento y poner a disposicion de los estudiantes todos los servicios sociales disponibles para ellos (Curcio y First).
Las escuelas deben aprovecharse de nuestra probada capacidad de identificar a ninos tan pequenos, de hasta tres anos, que estan en riesgo de delinquir y enfocarse en estos alumnos para lograr una temprana intervencion. Hill Walker, decano asociado del College of Education en la Universidad de Oregon, ha piloteado un programa de intervencion temprana en Eugene, Oregon. Llamado First Steps (Primeros Pasos), el programa agrupa al personal y companeros de la escuela para ensenar y reforzar el comportamiento pro-social. Los padres aprenden a ensenar a sus ninos en el logro del exito en la escuela (Walker, Colvin y Ramsey).
Muchas escuelas primarias, escuelas medias y liceos han instituido programas de resolucion de conflictos entre companeros. La mayoria de ellos comienza entrenando a los alumnos en empatia, cooperacion y toma de perspectiva, y todos ensenan un proceso para ayudarlos a resolver sus diferencias pacificamente. Nuevamente, la investigacion formal sobre la efectividad de estos programas ha sido limitada, pero se han acumulado datos que muestran que los programas de resolucion de conflictos reducen castigos disciplinarios, mejoran el ambiente escolar y aumentan la autoestima, confianza y responsabilidad de los alumnos que pasan por el entrenamiento (M. Van Slyck y M.Stern 1991)
SERIOSCuando los ninos enfrentan pobreza, abuso, u otros problemas que al final fomentan el comportamiento violento, las escuelas pueden colaborar estrechamente con agencias de servicio social de la comunidad para entregar a los ninos y a sus familias acceso oportuno y economico para obtener consejeria, asistencia financiera y proteccion. La educacion de los padres en escuelas para familias de ninos que estan en problemas puede crear lazos entre la familia y la escuela que beneficiaran a ambos (Stephanie Kadel y Joseph Follman 1993).
Compartir informacion con la policia y planificar intervenciones contra las bandas en conjunto con la comunidad de la escuela son elementos vitales para prevenir la violencia juvenil relacionada con las pandillas (Robert P. Cantrell y Mary Lynn Cantrell 1993). Para que funcione un enfoque de prevencion para la violencia escolar, la escuelas y las comunidades deben trabajar juntas en todos los aspectos de su implementacion.
Arndt, Randy. "School Violence on Rise, Survey Says." Nation's Cities Weekly. Washington, DC: National League of Cities, November 7, 1994.
Cantrell, Robert P., and Mary Lynn Cantrell. "Countering Gang Violence in American Schools." Principal 73, 2 (November 1993): 6-9. EJ 472 553.
Committee for Children. Second Step: A Violence-Prevention Curriculum. Grades 1-3. Second Edition. Teacher's Guide. Seattle, Washington: Author, 1989. 87 pages. ED 365 740.
Curcio, Joan L., and Patricia F. First. Violence in the Schools: How to Proactively Prevent and Defuse It. Newbury Park, California: Corwin Press, 1993. 56 pages.
Hill, Marie Somers, and Frank W. Hill. Creating Safe Schools. What Principals Can Do. Thousand Oaks, California: National Association of Secondary School Principals and Corwin Press, 1994. 132 pages.
Kadel, Stephanie, and Joseph Follman. Reducing School Violence in Florida. Hot Topics. Usable Research. Washington, DC: SouthEastern Regional Vision for Education, February 1993. 104 pages. ED 355 614.
Lawton, Millicent. "Violence-Prevention Curricula: What Works Best?" Education Week XIV,10 (November 10, 1994): 1-2.
National Association of Educators of Young Children. "NAEYC Position Statement on Violence in the Lives of Children." Young Children 48, 6 (September 1993): 80-4. EJ 469 385.
Sabo, Sandra R. "Security by Design." American School Board Journal 180, 1 (January 1993): 37-9. EJ 455 723.
Van Slyck, M., and M. Stern. "Conflict Resolution in Educational Settings." In Community Mediation: A Handbook for Practitioners and Researchers, edited by K. G. Duffy, J. W. Grosch, and P. V. Olczak. 259-75. New York: Guilford Press, 1991.
Walker, Dean. Violence in Schools: How To Build a Prevention Program from the Ground Up. OSSC Bulletin Series. Eugene, Oregon: Oregon School Study Council, January 1995. 58 pages.
Walker, Hill. Memorandum to the Beach Center on Families and Disability on the Issue of Violence Prevention and School Safety. Eugene, Oregon, University of Oregon, December 2, 1994. 12 pages.
Walker, Hill; Geoff Colvin; and Elizabeth Ramsey. Antisocial Behavior in School: Strategies and Best Practices. Pacific Grove, California: Brooks/Cole Publishing Company, 1995. 480 pages.
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Un producto de ERIC Clearinghouse on Educational Management, Facultad de Educacion, Universidad de Oregon, Eugene, Oregon 97403
Este articulo se publico gracias a la Universidad de Oregon y se tradujo por CENLADEC (Centro Latinoamericano para el Desarrollo, la Educacion y la cultura). De la Universidad de Playa Ancha. El articulo es de difusion publica y se puede reproducir libremente. [email protected]/ Fono: 56-32-283504, Fax: 56-32-280671
Traduccion por Amado Lascar, [email protected]
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